El derecho ciudadano a la Renta Básica. José Iglesias Fernández

Capitalismo, marginación, pobreza


Sólo hay dos clases en esta tierra de hambre,
    los que nacen pa' morir y los que nacen pa' matar.
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0. INTRODUCCION

    Dura, pero sin ambigüedades, es esta letrilla. Y la clasificación que establece no es tan maniquea como pudiera desprenderse de la brevedad, pero exactitud de sus estrofas. A los que piensen que su contenido es exagerado, o demagógico, habría que sugerirles que reflexionen un momento sobre los siguientes datos:

    La mala distribución de los alimentos, por continuar con el mismo ejemplo, es una consecuencia de la distribución mundial de la riqueza productiva y de las rentas que origina. A su vez, la asignación de los recursos productivos para producir armamento y/o bienes alimentarios es causa y consecuencia de tal distribución. Y la división de la población entre ricos y pobres, marginados y activos, depende de tales distribuciones y de los poderes reales que controlan la riqueza y la renta. Todo ello es consustancial al modelo de sociedad en que vivimos, incluyendo la marginación social que genera.

    Este trabajo está enfocado a dar una interpretación sobre:  I) la marginación social, su inevitabilidad, y de como en cierta medida es indispensable para la sobrevivencia de la sociedad capitalista;  II) las causas que tiene el propio sistema para dar un mínimo de atención a la marginación que origina; y  III) la magnitud de algunas manifestaciones de la marginación en España. En IV), analizaremos la pobreza y su relación con la marginación social en España, para V), concluir con unas reflexiones sobre la naturaleza de las posibles medidas que se discuten actualmente como solución para atender la marginación y la pobreza.
 

1. ENFOQUE TEORICO. 


Nada es más cierto que cuando una persona nace en condiciones de esclavitud (de mercancía) es un esclavo (una mercancía) por
naturaleza. Una persona presa de esta condición pierde todo, incluso el deseo de liberarse de tal condición.
 Jean-Jacques Rousseau


La racionalidad del sistema capitalista

    Uno de los objetivos fundamentales del sistema capitalista es el de generar y apropiarse de la plusvalía, excedente indispensable para reproducir de forma constante y ampliado su sistema socio-económico. Es en el curso de tal reproducción cuando se genera la marginación. Para analizar este proceso, hemos de especificar dos de las características básicas del sistema.

    La primera es el papel que juegan las mercancías en el sis-tema capitalista, ya que "la plusvalía sólo se genera como parte del valor de las mercancías... y el capital no se reproduce a sí mismo si no es como productor de mercancías".1

    La segunda es la transformación de toda la población en edad jurídica de trabajar en fuerza de trabajo, y de esta fuerza potencial, la que necesite, convertirla en mercancía. Ya que "sólo cuando la población laboriosa vende, en lugar del producto de su trabajo, su trabajo mismo, su capacidad de trabajo, sólo entonces la producción se convierte en producción de mercancías, todo producto se transforma en mercancía, y las condiciones objetivas de cada esfera de la producción se presentan en ella como mercancía".2

Acotando el concepto de marginación.

    De estas características se desprende que todos y todo somos mercancía.

    Todos...

    Dentro de la sociedad capitalista, la población se divide en dos grupos de personas (ver diagrama 1 y pág 18): las que son propietarias de los medios de producción y las que no disponen de otros medios para sobrevivir como no sea la venta de su fuerza de trabajo: “lo que F. Perroux clasifica como amos de las máquinas y siervos de las máquinas".3 La separación de la fuerza de trabajo de los medios de producción, el reconocimiento jurídico de la propiedad privada de los bienes de producción y consumo, la producción de bienes y servicios para el intercambio, incluyendo la propia fuerza de trabajo, la satisfacción de las necesidades humanas a través del mecanismo de mercados, la fuerte implantación de la división del trabajo en los procesos productivos y la aplicación de las innovaciones tecnológicas a los mismos, son algunos de los elementos del sistema que garantizan a los propietarios de los medios de producción controlar la casi totalidad de la actividad productiva humana.

    Para la población no-propietaria, las implicaciones de este control del proceso productivo y de intercambio por parte de la población propietaria son que:

    La definición de marginación toma como sujeto a la población no-propietaria, y al hecho de quedar excluida del proceso productivo, considerando individuos-marginación a todas aquellas personas no-propietarias que no han conseguido vender su fuerza de trabajo. Y a nivel de sujeto, esta definición toma como base de referencia a la persona considerada como individuo, es decir, con capacidad para decidir e incidir en su propia vida, distinta de aquellas otras personas que dejan que transcurra su vida como miembros de una institución, sea esta la familia, una orden religiosa, una organización asistencial, el propio estado, etc.

    Se desprende entonces que en la organización capitalista de la actividad humana, aquel que no consigue vender su fuerza de trabajo, convertirse en individuo-mercancía, queda transformado en individuo-marginado. Es en la esfera de la producción donde se determina y clasifica a la población no-propietaria en individuos-mercancía o en individuos-marginación.

    Todo...

    Los bienes y servicios producidos por los individuos-mercancía son apropiados por los capitalistas, y llevados finalmente por estos a la esfera de consumo para ser intercambiados como mercancías. Esto hace que la compra de bienes y servicios (mercancías) se transforme en la forma dominante de acceso a los bienes necesarios. Por lo tanto, cuando una persona -como individuo- no ha conseguido convertirse previamente en mercancía -venta de su fuerza de trabajo- y obtener medios líquidos de intercambio -dinero- automáticamente queda marginada de la esfera de consumo. La marginación en el mercado de trabajo -esfera de la producción- conlleva la marginación de la esfera de consumo, ya que ante la imposibilidad de obtener un salario -base del intercambio en aquel mercado- queda sin recursos para adquirir las mercancías de consumo necesarias para la sobrevivencia y reproducción de su fuerza de trabajo.

    La población no-propietaria marginada de la esfera de producción se compone normalmente de aquellos grupos sociales cuya fuerza de trabajo potencial no está en disposición de responder a las exigencias del intercambio que las reglas de la competencia capitalista impone a los mercados: "amas de casa", viejos, niños y jovenes, lisiados, disminuidos, enfermos, parados, etc. La producción requiere una mano de obra que sea joven, cualificada, rápida, fuerte, capaz, sana, movible, exigencias que las personas mencionadas no pueden aportar frecuentemente.

    De esta forma, las personas que componen todos estos grupos se ven obligados ha olvidarse de su condición de "individuos" y situarse en la de "miembros de", posición desde la cual tendrán acceso a la esfera de consumo por estar en relación de dependencia con la población-mercancía -normalmente familiares o personas que ejercen la caridad privada- y/o de los programas sociales -caridad pública- que tenga a bien organizar el Estado del bienestar.

    Queda claro, por tanto, como la marginación se origina en la esfera de la producción, cuando las personas no pueden vender su fuerza de trabajo, convertirse en individuos-mercancía. Queda claro, también, como la esfera de consumo vuelve actuar marginando a los marginados, al no disponer estos de los medios lí-quidos de intercambio necesarios para comprar las mercancías de consumo que exige la sobrevivencia humana. Queda claro, entonces, como la organización económica de la sociedad capitalista no provee de mecanismos por si misma que puedan automáticamente remediar lo que precisamente origina: la marginación. Queda constatado, además, como una buena parte de la población ha de vivir a expensas de la caridad pública, la asistencia institucionalizada, la ayuda familiar o cualquier otra forma de solidaridad humana. Ahora bien, lo que todavía no queda claro es como se explica el carácter de inevitabilidad, en el sentido de que toda la población humana se divida en individuos-mercancía y en individuos-marginación.

El acecho de la inevitable marginación

    Para Marx, la jornada laboral se divide en dos partes. Una consiste en el tiempo necesario, tiempo que el trabajador ha de dedicar a la producción de un volumen de bienes y servicios igual al que supone el costo de reproducir su propia sobrevivencia como individuo-mercancía sustentador. La otra en el tiempo excedente, tiempo que dedicará a producir un volumen de bienes igual al beneficio esperado por el empresario. Desde la racionalidad capitalista, la jornada laboral óptima será aquella en la que la parte del tiempo necesario sea cada vez menor -descenso del coste laboral- con respecto a la del tiempo dedicado a la producción de bienes excedentes, objetivo fundamental de la gestión empresarial.

    Ahora bien, esta relación entre el tiempo excedente y el tiempo necesario -tasa de plusvalía- no es estática. La dinámica del sistema capitalista necesita constantemente, tanto aumentar el tiempo excedente por individuo-mercancía, como disminuir la cantidad de tiempo necesario de toda la plantilla. Esta necesidad que tiene el sistema de disponer de factores productivos flexibles -de costos variables- para poder funcionar "óptimamente" es una amenaza permanente contra el empleo, contra los individuos-mercancía. El sistema capitalista exige explotación cuando se trabaja, y marginación cuando la fuerza de trabajo empleada no es necesaria, o no responde a las exigencias de la racionalidad productiva capitalista: la realización del beneficio. Una vez desposeída de la posibilidad de desarrollar su potencial creativo, la persona no-propietaria queda doblemente sometida al sistema capitalista por la:

    Son varias las causas que pueden impedir o provocar una dis-minución de la tasa de beneficios. Cuando se dan, las medidas aplicadas por los empresarios para recuperar el anterior nivel de rendimiento conducen frecuentemente a la marginación a muchos trabajadores activos, a muchos individuos-mercancía.

    ¿Ejemplos? Cuando, como resultado de la lucha de clases, los aumentos de salarios o las mejoras de las condiciones laborales pueden ser consideradas como un aumento permanente del nivel de los costos laborales, la reacción de la patronal es sustituir la fuerza de trabajo por capital y enviar al paro aquella parte excedente de los individuos-mercancía. O cuando, como consecuencia de la competencia monopolística, y debido a la permanente necesidad de innovar, se aplican nuevas tecnologías a los procesos productivos, a la consecución de nuevas materias primas, se produce una obsolescencia de los medios de producción que frecuentemente acaba por disminuir la utilización de la energía humana. Y a medida que la "racionalización" de los métodos de producción y las innovaciones se van extendiendo por el proceso productivo, buena parte de la mano de obra empleada corre el riesgo de perder su condición de mercancía y acabar, primero, en el paro, y finalmente, en la marginación, exclusión definitiva del proceso productivo.

El rechazo de otras definiciones de marginación.

    Definiciones...

    Existe un amplio consenso que utiliza el concepto de  marginación social como referencia negativa al de integración social.4  La relación entre ambos conceptos, integración y marginación, implica que:

  • Se considera integrada en la sociedad a toda aquella persona que cumpla con todos los aspectos requeridos por esta definición. Es decir, es partidaria de practicar un consenso mínimo con respecto a los fines y los medios que se necesitan para conseguir el bien comunitario, cumple con las normas establecidas, se adhiere a las ideas y valores que todo lo mencionado comporta, y participa responsablemente en todas las tareas, funciones, etc., codo a codo con cada uno de los otros miembros integrados en la sociedad.
  • Como contrapartida, se considera marginada de la sociedad a toda persona que -activa o pasiva- ni practica, ni cumple, ni se adhiere, ni participa en la elaboración, y menos en la conse-cución, de los fines perseguidos por la comunidad. Es decir, bajo este concepto se considera marginada a toda persona que no sólo abandone, quebrante, transgreda o incumpla con, sino también a la que actue contra, se oponga a, conteste el consenso, las normas y tareas, los valores y objetivos, etc., exigidos a los ciudadanos integrados en la comunidad.
  •     Este concepto de marginación presenta a sus usuarios el atractivo de poder relacionarlo con el de conducta desviada. Según este enfoque, se da una desviación cuando la conducta de la persona no se corresponde con las normas que exige la comunidad. Esta actua rechazando/marginando al individuo que se ha desviado de su cuerpo social. La marginación se da, por tanto, cuando "la acción excluyente de la sociedad, que rechaza al individuo, no le ofrece los medios con que poder ajustar su conducta a las normas sociales".5

        Rechazo...

        La integración de ambos conceptos, marginación y conducta desviada, se convierte así en un instrumento de gran utilidad para los grupos dominantes de la sociedad. Tiene la ventaja de contener en sí mismo, tanto la desviación -infracción de las normas sociales por parte de la persona- como la marginación -reacción de la sociedad ante tal conducta- sin necesidad de hacer una mínima referencia a la estructura de propiedad y de poder que permeabiliza toda sociedad. Al ignorar la relación entre ambas estructuras, se encubre la división y el conflicto de clases que está en el origen de todo el proceso de marginación social.

        La conveniencia de la utilización de este concepto es doble:

        Por un lado, permite realizar cualquier análisis de la marginación y de la pobreza sin necesidad de preguntarse por los grupos de poder que actúan en la sociedad, que son los que realmente establecen que fines u objetivos, normas o reglas, reafirman mejor sus propios privilegios; basta con presentar un con-cepto tan global e impreciso como el de la "sociedad", y decir que es el agente que margina a las personas que manifiestan una "conducta desviada". Además, una vez aceptada esta definición, es fácil esgrimirla contra los marginados, en el sentido del "derecho" que tiene toda "sociedad" de defenderse de aquel individuo que es incapaz de cumplir, o rebelarse contra, la concepción o las normas que exige toda "convivencia social".

        Por otro, permite considerar al marginado como un individuo excluido por la sociedad y por su conducta patológica en función de criterios subjetivos. Esta definición se presta fácilmente a ser usada con la intención de diluir el papel de la clase obrera en la lucha de clases. Por el contrario, nuestra definición de marginación arranca precisamente del papel que desempeñan las personas en el sistema productivo y en la división de clases que surge como consecuencia. Parte del reconocimiento explícito de que en el funcionamiento del sistema capitalista la dominación de la clase obrera se da en los dos ámbitos:

        Tipología y confrontación...

        Quizá sea en el campo de la tipificación de los diversos casos de marginación social donde mejor puedan demostrar su capacidad explicativa ambas interpretaciones: marginación por falta de integración en la sociedad, o por exclusión del aparato productivo.

        La interpretación marginación-desviación nos ofrece una tipología que entresacamos precisamente de una de sus propias definiciones.

    "Entendemos por marginación social el proceso por el que una sociedad rechaza, extraña de sí misma, a unos determinados individuos, desde la simple indiferencia (ancianos, minusválidos, subnormales,etc) hasta la represión y reclusión (delicuentes, drogadictos, disidentes políticos, etc.). La marginación unas veces es consecuente con la defensa de los intereses de la comunidad en general y otras con los de las minorías dominantes. También se da el caso de quienes, rechazando conscientemente los valores y normas de una determinada sociedad, se automarginan, "hippies", intelectuales, revolucionarios, etc. Característica común a todos los grados y tipos de marginación es la privación o dificultación de la normal satisfacción de necesidades, especialmente las secundarias o sociales".6
        Esta definición distingue tres grupos, los cuales vamos a intentar confrontar con nuestra interpretación de marginación:

        I. Marginación por indiferencia...

        La característica común a todos estos colectivos está marcada por un factor: una disminución y una incapacidad física que mengua la posibilidad de convertirse en individuos-mercancía. Cualquiera de estas personas que acudiera al mercado de trabajo sería rechazada, no tendría acceso al proceso productivo. Incapacitado para el proceso productivo queda marginado tambien de la esfera de consumo. Curiosamente, el concepto desviación-marginación tiene que aceptar nuestra definición cuando intenta "clasificar los diversos sentidos en que los conceptos de marginación y desviación pueden aplicarse a categorías tan diversas como las de ancianos, pobres, alcohólicos, delicuentes, etc. ... Hablar de conducta desviada en el caso de los ancianos carece de sentido, puesto que su improductividad laboral responde a un hecho biológico inevitable y su baja capacidad de consumo responde a la marginación económica a que la sociedad les somete penalizándoles injustamente por su forzosa improductividad laboral".7 La improductividad laboral de los minusválidos, subnormales, inválidos, no difiere en esencia de la de los ancianos; carentes de una mano de obra útil, quedan en situación de marginación de la producción y del consumo.

        No es entonces la "sociedad", la que por indiferencia, margina a estos colectivos, y de aquí lo aparente de tal interpretación. Existe una causa real, como es la incapacidad de las personas que componen estos grupos para transformarse en fuerza de trabajo, en individuo-mercancía. Existe otra causa real, como es la carencia de ingresos, derivada de la imposibilidad de ven-der la fuerza de trabajo, y que hace que el proceso continue marginándolos del consumo, convirtiéndolos en individuos-marginación. Como señalábamos anteriormente, solo en su condición de miembros de pueden sobrevivir a expensas de los sustentadores individuos-mercancía, o de las instituciones de caridad privadas y públicas.

        II. Marginación por represión y reclusión...

        Por conducta                     Por falta de recursos

        El factor común que caracteriza a estos otros colectivos es el de manifestar una conducta desviada, de acuerdo con la moral dominante. Un análisis de la posición de estas personas en el aparato productivo concluiría, de acuerdo con nuestra interpretación, que solamente los transeuntes, vagabundos y mendigos podrían ser considerados marginados. Y no por razón de conducta. Comprobémoslo.

        Primero, el colectivo de las prostitutas(os) está compuesto por personas que venden unos servicios a unos consumidores. Comparten el afán comercial y la misma motivación económica que el peluquero, el abogado, el sastre, la señora de hacer limpiezas, el médico, el notario, etc. Las rentas que perciben por tales servicios son similares a las de los asalariados, en el sentido de que negocian con el cliente, su fuerza de trabajo, su cuerpo. Por lo tanto, considerada la posición de estas personas dentro del aparato productivo, más son individuos-mercancía que marginados. Además, tampoco a las personas que componen la demanda de este mercado se las considera marginadas.

        Segundo, dentro de los colectivos de homosexuales, alcohólicos, drogadictos, y delincuentes (los que no están en la cárcel), nos encontramos con que una parte de las personas que los componen trabajan como asalariadas; por lo tanto, éstas serían individuos-mercancía y no marginados. Aquí se da el caso escándalosamente contradictorio, de que las personas pertenecientes a estos colectivos, cuando son ricas, nunca aparecen clasificadas como marginadas. Así, sólo aquella otra parte no-propietaria sin trabajo estaría formada por los que llamamos individuos-marginación, pero no por su "conducta" sino por su exclusión del aparato productivo.

        Entonces, nuestra interpretación sobre estos colectivos de "marginados" es que si algúna persona de los mismos fuera discriminada y expulsada del puesto de trabajo por cualquiera de estas conductas, es porque entre los motivos que conducen a los empresarios a excluir a un individuo-mercancía del trabajo entran aquellos calificados como de conducta desviada. Es decir, la conducta sería el motivo de la exclusión del aparato productivo, pero la exclusión del aparato productivo continua siendo la causa de su conversión en individuo-marginación. En el caso del individuo-marginado que fuese discriminado por su conducta a la hora de buscar empleo, su "desviación" sería el motivo que impidiese su conversión en individuo-mercancía.

        No debemos confundir los motivos de carácter moral que clasifican a ciertos grupos como "marginados", con las causas de la marginación. El primer criterio de clasificacion concede más importancia a la capacidad económica (rico/pobre) que a la conducta manifestada por los sujetos. Las personas que tienen dinero no necesitan robar para pagarse las drogas, cuando desean consumirlas, o para las clínicas, cuando desean curarse. Jamás se les tilda de marginados. En cambio, por ejemplo, mientras a un mendigo alcohólico se le considera doblemente marginado (por mendigo y por alcohólico), a un rico alcohólico no. A su vez, los ricos (la jet society) se permiten el acceso a cualquiera de estos gastos sin necesidad de arriesgarse y convertirse en delicuentes. En consecuencia, la gente adinerada no es considerada "marginada por la sociedad" por el hecho de consumir ciertos productos o servicios, o por mantener cualquiera de las conductas mencionadas como desviadas.

        Tercero, el resto de los colectivos que padecen represión y reclusión podríamos agruparlos bajo una sola frase: los transeuntes son vagabundos que mendigan. Como factor común ex-terno, todos ellos carecen de lo más elemental, como puede ser un domicilio, una familia, etc, pero detrás o debajo de estas carencias está la causa determinante: la falta de un empleo, de los recursos económicos que proporciona la venta de mano de obra. Al no encontrar trabajo, el individuo-mercancía comienza por transeuntear y vagabundear de un lugar a otro con la esperanza de hallar un trabajo, para acabar mendigando de la caridad ajena.

        Los transeuntes, vagabundos y mendigos son personas que entran de lleno en nuestra clasificación de marginación. "El mendigo deja de ser sujeto para ser simplemente objeto, mercancía caducada a la que importa más ocultarla que reciclarla".8  Sólo falta añadir que, excluidos de la producción y del consumo, viven en sus términos gracias a la caridad institucionalizada a todos los niveles: estado, organizaciones, individuos.

        III. Automarginación...

        Primero, las comunidades hippies se caracterizaban por un modo de producción del tipo pre-capitalista, donde el individuo es propietario de los medios de producción y del producto acabado, producto destinado fundamentalmente a atender el autoconsumo y el intercambio entre las propias personas de las comunas. Por tanto, los hippies pueden ser personas consideradas cualquier cosa, menos marginadas del aparato productivo pre-capitalista, o de la esfera del consumo.

        Segundo, ¿qué rigor puede tener un concepto que considera marginadas a las personas que practican actividades de tipo intelectual (crítico o acrítico) o revolucionarias (intelectuales revolucionarios / revolucionarios intelectuales)? Precisamente, si en algo se distinguen estas personas es de disponer de una capacidad fuera de lo corriente para satisfacer las necesidades "primarias -alimentación, abrigo y refugio, sexo y reproducción, salud, integridad física" y las "secundarias o sociales -filiación, prestigio, poder, seguridad, autorrealización",9 aptitudes tan ausentes en los individuos caracterizados como personas marginadas por la definición "marginación-desviación".
     

    2. EL ESTADO Y LA MARGINACION

    Estado de clase.

        En todo momento, un estado de clase tendrá como función potenciar los intereses de "la clase económicamente dominante, la cual utilizando el estado como instrumento, se convierte en la clase políticamente dominante, obteniendo nuevos medios de con-trol y explotación de las clases oprimidas. Por esta razón, el estado ... capitalista es un instrumento de explotación del trabajo asalariado por parte de los capitalistas".10

        Pero, a su vez, una parte de la clase dominante "desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa".11

        En la sociedad capitalista, el complejo12 papel que desempeña el estado está en función de conseguir estos dos aspectos.  Por un lado, ha de asegurar que el sistema capitalista consiga su objetivo que, como hemos dicho, consiste en la obtención de un volumen de beneficios que permita la reproducción ampliada del capital. Por otro, ha de controlar el antagonismo que surja como consecuencia de transformar a la población en individuos-mercancía y en individuos-marginación. De aquí que el estado capitalista se vea obligado a ejercer dos funciones contradictorias, las cuales, en simetría con una clasificación establecida en otro contexto,13 denominaremos, una como de estado-mercancía, y otra como de estado-marginación.

    Estado-mercancía.

        Como estado-mercancía, se dedicará a fomentar la acumulación de capital y la reproducción del sistema, siendo una de las exigencias fundamentales el desarrollo del carácter de mercancía de la actividad humana. Acumulación y reproducción exigen la conversión de las personas en individuos-mercancía, creadores de trabajo excedente o plusvalía. Así, el estado-mercancía actúa a varios niveles para conseguir esta función:

    Estado-marginación.

        Bajo el carácter de Estado del bienestar, tratará de organizar y financiar ciertas actividades que mitiguen las tensiones que produciría una población marginada desatendida. Desde esta imagen de neutralidad, el Estado tratará de consensuar formas pacíficas de convivencia entre la población propietaria, la población mercancía, y la población marginada. La consecución de tal corresponsabilidad supone para el estado la materialización de su segunda función: la legitimación y estabilidad del sistema capitalista.

        Acumulación-legitimación, mercancía-marginación, son funciones indispensables del estado para proteger la sobrevivencia del sistema capitalista. La posibilidad de dedicar recursos públicos a cubrir las "disfuncionalidades" y el desgaste que origina el mantenimiento del sector privado permite a los capitalistas defender la idea de que el capitalismo es el único orden social universalmente adecuado para la sobrevivencia humana.

    La supremacía del estado-mercancía.

        Ahora bien, los recursos públicos que el estado puede dedicar a la obtención de sus objetivos son limitados. Esta carencia coloca a la actividad estatal ante una situación contradictoria entre los objetivos de acumulación y legitimación. Porque "un estado capitalista que empleara abiertamente sus fuerzas coercitivas para ayudar a los propietarios a acumular capital a expensas de otras clases, perdería su legitimidad y socavaría por tanto el fundamento de la lealtad y el apoyo que gozara. Pero un estado que ignorase la necesidad de favorecer el proceso de acumulación de capital se arriesgaría a agotar la fuente de su propio poder: la capacidad de la economía de generar excedentes y los impuestos sobre este excedente u otras formas de capital".15

        Un análisis pormenorizado a medio plazo de la actuación gubernamental,16  nos permitiría comprobar como la acción del estado y sus recursos se orientan y dan preferencia a las exigencias del estado-mercancía con perjuicio para el estado-marginación. Del contexto anterior, las razones para esta opción son fáciles de resumir. El poder y la presión que pueden ejercer los capitalistas sobre el estado son infinitamente superiores que la de los marginados. Estos carecen de lo esencial: poder económico y capacidad organizativa de contestación. La poca atención que la marginación recibe, hay que atribuirla a la necesidad que tiene el estado de legitimarse, de mantener dormida la posibilidad latente de que aquellos que se encuentran en situación de marginación puedan generar conflictos sociales.

        Cuando más patente y activa se presenta esta desigualdad de fuerzas ante el Estado entre los tres núcleos de población -propietaria, ocupada y marginada- es en los momentos de crisis económica, cuando la población propietaria ejerce una presión sobre el Estado para que refuerce el apoyo a la acumulación y, al mismo tiempo, la crisis hace mayores y más intensas las necesidades de legitimación. En los ochentas, bajo el impacto de las políticas neo-liberales, los programas de ajuste socio-económico se han basado preferentemente en aumentar el apoyo estatal al sector propietario y endurecer progresivamente los programas de asistencia a la marginación social. En este sentido, son famosos -por su volumen y por aplicarse en países ricos- los recortes asistenciales de los gobiernos Thatcher y Reagan, programas que podríamos definir como de coste mínimo de legitimación.

        No es difícil trasladar este esquema a la situación en España. Toda la política de transformación industrial española, así como el saneamiento del sector financiero privado realizado a partir de 1977 solo pudo ser posible en la medida que el Estado tomó la iniciativa y amparó tales medidas. Bajo nombres tan atractivos como reestructuración, reindustrialización, modernización, etc., el Estado soportó todo el peso de la renovación industrial y el saneamiento financiero. Además, y no menos importante, el Estado desvió el conflicto social de las empresas hacia el sector público, responsabilizándose también del excedente de mano de obra generado en el sector privado en términos de justificar, tutelar y financiar las excedencias "voluntarias", las jubilaciones anticipadas y el desempleo generado.

        Así mismo, se puede percibir el esfuerzo por predisponer a la población para que acepte un tipo de comportamiento individualista e individualizado. Por una parte, los grupos propietarios están insistiendo en la idea de que el estado no tiene capacidad, ni debe continuar con la política de financiar la seguridad social, la sanidad, y menos diversos tipos de pensiones, tales como la jubilación, viudedad, orfandad, etc, que necesitan los grupos sociales no-propietarios. Por otro, se avanzan remedios para solucionar los problemas que tales eliminaciones implicarían, tales como la posibilidad de contratar seguros personales de todo género con empresas privadas del sector. Y en la medida que esta política estatal de privatización del sector público se va implementando, se van eliminando aquellas soluciones de carácter colectivo y solidario -con valores sociales ajenos al sistema- y promoviendo las de carácter individual, en el sentido de que cada uno se ocupe de sus propias necesidades. Ambos aspectos confluyen en proveer al sector privado de un área proclive y necesaria para la realización de fuertes beneficios. Operación redonda.

    INTERMEDIO A MODO DE RESUMEN

        Para entender la marginación social fue necesario abordarla desde dos factores

        Por el primer factor hemos podido entender la inevitabilidad de la marginación dentro del sistema capitalista. Por el segundo apreciar la imposibilidad de atenderla, incluso desde una perspectiva humana. Y es que el propio sistema no sólo origina la marginación como una necesidad de su propia racionalidad, sino que además la utiliza -ejército social de reserva- como factor de estabilización, al ser aplicada en los mercados de trabajo contra la demanda de altos salarios y la conflictividad potencial de clase.
     

    3. CONSECUENCIAS DE LA MARGINACION EN ESPAÑA 


    No debían existir ricos ni pobres: hombres nada más.
    Vicente Blasco Ibáñez


    Composición, magnitud y rigidez de la marginación.

        Composición...

    Si desglosamos la población excluida del proceso productivo por grandes grupos, nos encontramos con:

        I) Propietarios autoexcluidos.

        Entre la población propietaria, encontramos un sector que no participa directamente del proceso productivo. Esta autoexclusión no implica que estas personas tengan que ser consideradas marginadas. Los componentes de este grupo son propietarios de un volumen de riqueza y su correspondiente renta, medios económicos que permiten a este colectivo eludir el paso por el mercado de trabajo, evitando tener que transformarse en individuos-mercancía, y en el caso de no hallar empleo, de convertirse en individuos-marginación. Su autoexclusión de la esfera de la producción no les margina de la esfera de consumo, debido a que sus rentas no proceden de la venta de su mano de obra sino del capital productivo que poseen.

        II) Población excluida temporalmente.

        Jurídicamente, las personas no-propietarias que forman parte de este grupo -menores de 16 años, estudiantes y soldados- son individuos que no están en la edad de concurrir al mercado de trabajo. No obstante, está claro que forman una reserva de mano de obra futura, que, cumplida la edad, los estudios o el servicio militar, unos irán a engrosar el grupo de los individuos-mercancía, otros, el de los individuos marginación. Dependientes de los individuos-mercancía o del Estado, las personas que componen estos colectivos no son considerados marginados por no haber sido excluidos todavía del mercado laboral.

        III) Mayores de 16 años.

        Entre la población mayor de 16 años, nos encontramos con dos tipos de población marginada:

        Ambos grupos se caracterizan por formar un colectivo pasivo de indviduos-marginación.

        IV) Desempleo.

        Las personas desempleadas forman parte de la población marginada por su exclusión del aparato productivo. Este es un colectivo activo de individuos-marginación, en el sentido de que los parados todavía intentan recuperar su condición anterior de individuos-mercancía.

        Magnitud...

        Como las estadísticas no se elaboran de acuerdo con nuestras categorías, nos encontramos con serias dificultades a la hora de cuantificar nuestra definición de marginación: población no-propietaria excluida del proceso productivo. Por ejemplo, como separar dentro de los adultos inactivos, a aquellos que se autoexcluyen del proceso productivo por que son perceptores de rentas del capital, de aquellos otros que no las perciben. O bien, como distinguir entre los grupos mencionados anteriormente como "A" y "B" dentro de los Mayores de 16 años. O que decir de la falta de información sobre los que participan en la llamada economía sumergida. De aquí que la valoración que aparece en el Cuadro 1 presente las cifras un tanto sesgadas hacia los índices de marginación.

        Dada esta observación, hemos de ser prudentes a la hora de interpretar la magnitud y la evolución de la marginación en España durante el período que va desde 1973, momento en que comienza la crisis económica internacional, hasta 1988. Las cifras reflejan tendencias que crecen o disminuyen más que precisar con exactitud la evolución de cualquiera de sus componentes.

        De acuerdo con las categorías que hemos establecido, tenemos que:

    Cuadro 1. Población en millones de personas.
    ======================================================================
                     Población Total         Pob. Ocupada          Pob. Marginada
    ======================================================================
                                                       (EA)     (ENA)          (U)         (N)               ( %  PM / EA )
                     __________________________________________________________________
    1973                  34,8                   8,6         4,1               0,3     10,4                             1,2

    1976                  35,9                   8,8         3,6               0,6     11,1                             1,3

    1982                  38,0                   7,7         3,3               2,2     12,1                             1,9

    1988                  39,0                   8,4         3,4               2,9     12,3                             1,8
    =====================================================================
    Fuente: Elaboración propia con datos del Cuadro 3.

        Rigidez...

        Que la marginación apenas experimenta mejoras es un hecho que podemos comprobar considerando los indicadores de los cuadros 4 y 5. Estos reflejan claramente la dinámica que incide en la marginación.

        En fuertes períodos de expansión económica, como indica el crecimiento del PIB durante 1986-1988, la tasa de paro se man-tiene prácticamente en torno al 17-18 por ciento. Es decir, que las atenuaciones que puede experimentar la marginación en su variante del paro durante la parte expansiva del ciclo se manifiesta solamente en la reducción de unas pocas unidades de desempleo. Y aunque el empleo tiende a mejorar durante este período, sus tasas sólo dan lugar a la creación de unos miles de puestos de trabajo, creación que conduce a muchos a olvidarse de que el volumen de parados todavía se expresa en millones de personas.

        Sí pasamos a considerar la evolución de la marginación durante los períodos de recesión económica o de fuerte reestructuración industrial, entonces se acentua la intensificación de la marginación. El Cuadro 4 muestra los efectos de la crisis y de las medidas de reestructuración, con la destrucción de empleo y su impacto en las tasas de paro, incluso dándose un ligero crecimiento económico durante 1979-1985.

        Basándonos en el trabajo de V. Morales y C. García Querol,18  parece ser que las posibilidades que pueden existir para que la población marginada (inactiva y parada) acceda al empleo son relativamente escasas. Y bastante más improbable que los activos cedan sitio para los marginados. El Cuadro 5 da una pauta de las probabilidades que estos grupos de población tienen para intercambiarse entre ellos:

        Comencemos por considerar los flujos que arrancan de la inactividad (N) durante dos períodos sucesivos. La probabilidad de los varones inactivos de permanecer desde, N(t-1), en situación de marginación, N(t), es altísima (0.8715), mientras que la probabilidad de alcanzar un empleo, E(t), es muy remota (0.066). Además, es obvio que la persona inactiva que no alcance primero un empleo, le resulte más que improbable convertirse en un parado, U(t)=0.0625. La situación se agrava aún más si se trata de la marginación de las mujeres.

        Ocurre todo lo contrario con los flujos que arrancan del otro extremo, el empleo (E). La probabilidad de que los varones activos en E(t-1), conserven su empleo en E(t), es casi total (0.931), mientras que la probabilidad de convertirse en inactivos queda alejadísima (0.029).

        Resumiendo, "las tendencias de la marginación se orientan hacia su perpetuación y reproducción, en el grado e intensidad necesarios a cada situación socioeconómica concreta".19

    Marginación y pobreza.

        La dimensión primaria de la desigualdad -por incidir en lo que el individuo tiene- se manifiesta a través de la distribución de la riqueza y la renta. La dimensión directa de la desigualdad -por incidir en lo que el individuo es- se manifiesta a través de otros indicadores, tales como la pobreza, el analfabetismo, la delincuencia, la drogodependencia, etc.

        La dimensión primaria de la desigualdad es el origen de la distribución de la población entre propietarios y no propietarios (Diagrama 1). La propiedad de la riqueza permite a la población propietaria controlar tanto el sistema de producción de bienes y servicios, como determinar la distribución de las rentas que se desprenden del valor del producto total. Por esta división y control, sólo la población no-propietaria que haya conseguido emplearse como individuos-mercancía podrá participar de las ren-tas del trabajo.

        No toda la marginación conlleva siempre pobreza, por la simple razón de que, como miembros de, los individuos-marginación dependen del nivel de ingresos del sus-tentador principal o individuo-mercancía. Sólo en el caso donde el nivel de ingresos del sustentador principal, o de la familia, sea de pobreza, los individuos-marginación sufrirán las conse-cuencias de la pobreza.

        Tampoco se puede decir que toda la pobreza signifique marginación, por el simple hecho de que la persona que se convierte en mercancía, por poco valor de cambio que su fuerza de trabajo tenga, pasa a disponer de un renta para él y su familia; puede ser pobre pero no un marginado. El volumen de tal ingreso lo decide el sistema "social" de mercado, el cual distribuye la renta total generada entre los factores productivos. Una vez efectuada la distribución de la renta por el mercado, los tramos "más bajos" de ingresos dentro de la distribución son los que representan y se toman como indicadores cuantitativos de la pobreza de tales individuos-mercancía, mientras que los "más altos" se usan como exponentes de la abundancia relativa de aquellos otros individuos-mercancía, poseedores de una mano de obra muy cualificada, o/y de aquellas rentas que percibe la población propietaria de la riqueza.

        En resumen. La marginación, se origina en relación con la propiedad de la riqueza y la renta. La pobreza, sin embargo, tiene como causa, unas veces la marginación, pero otras está relacionada y viene determinada por la percepción de unos ingresos relativamente bajos por parte del individuo-mercancía. Por estas relaciones, consideramos que marginación y pobreza son estructurales. Sólo las medidas que vayan directamente a modificar las distribuciones siamesas de riqueza y renta pueden eliminar las injusticias siamesas de marginación y pobreza. Cualquier otra medida sólo supone unos esfuerzos monetarios para que una parte de la población de esta sociedad pueda seguir sin temor, permitiéndose el lujo de conservar al pobre y al marginado, marginado y pobre.
     

    4. LA POBREZA

    Sólo en el modo de producción capitalista la pobreza aparece como fruto del mismo trabajo,
    del desarrollo de la fuerza productiva del trabajo.
    Karl Marx
    Observaciones previas.

        Por que no es fácil definir la pobreza es por lo que se hace más difícil todavía evaluarla. Y es que el malestar que una situación de pobreza causa a la persona que la sufre es imposible cuantificarla directamente, y bastante menos compararla con la de otra persona en situación parecida. De aquí que comprendamos, aunque no justifiquemos, que para evitar estos inconvenientes, algunos trabajos reduzcan la identificación y la medición de la pobreza a una mera cuestión de axiomas y funciones matemáticas. De esta forma, se puede llegar a precisar la posición económica de los individuos que forman un colectivo en una escala ordinal, aunque todo ello diga muy poco acerca de la severidad (extrema, absoluta) de la pobreza padecida por los componentes de los tramos más desfavorecidos de tal distribución. Suponemos que por esta razón, se advierte de partida que "cualquier función de pobreza P : R n+1 -- R no tiene por qué guardar relación alguna con el fenómeno que se pretende medir" y que "dada la dificultad y la ambigüedad de reducir a un escalar un fenómeno tan complejo como la pobreza, no tiene siquiera sentido confiar en que un examen de las propiedades formales de un conjunto de índices permita concluir cuál de ellos es el indicador adecuado".20

        Definiciones.

        Precisamente, si algo tiene la pobreza, es el de ser rica en denominaciones. Entre otras razones, por la persistencia de las situaciones tan variadas de pobreza que puede atravesar una persona pobre, alguien "que escapa a las normas sociales y culturales ordinarias y que nos molesta por ser diferente"21: pobreza tradicional (precariedad económica, indigencia, miseria), pobreza cultural (analfabetismo, ignorancia), pobreza ecológica (calidad del habitat), pobreza rural/urbana, pobreza absoluta/relativa, pobreza de solemnidad (dependencia de los demás para sobrevivir), pobreza subjetiva (incapacidad de comunicar y entender), pobreza psicológica (abandono, pasividad), pobreza persistente (desarraigo y subsistencia en base a la mendicidad, delincuencia, prostitución), nueva pobreza (falta de aptitudes para responder a los cambios introducidos por las nuevas tecnologías), pobreza "ajena" (los pobres que se intercambian entre lugares, por ejemplo, Barcelona y Madrid), etc.22

        Pero ninguna de estas denominaciones intenta adentrarse en el análisis de las causas de la pobreza, aspecto que tendría que ser el fundamental, a la hora de pensar en la erradicación de la pobreza. Porque la pobreza existe y "no es un concepto neutro que se ofrezca, sin mayores consecuencias, a la especulación... (Además)  constituye una realidad que ninguna sociedad ha conseguido eliminar hasta hoy".23 Por lo tanto, ¿cuando es pobre una persona? ¿Qué nivel de ingresos es el que se considera de pobreza?

        Desde que la Comunidad Europea (CE) adoptó una definición de pobreza y pobre en 1984, y por que tiene la virtud de convertirse en un término operativo, son frecuentes los trabajos que utilizan los conceptos de la CE en sus cuantificaciones:

    "Se considera pobres a los individuos, familias y grupos de personas cuyos recursos materiales,culturales y sociales) son tan escasos que estánexcluidos de los modos de vida mínimos aceptables enel Estado miembro en el que viven", y, en términos demedición, pobre es toda aquella "persona que no cuenta con la mitad de los ingresos medios por habitante de su país".24
        ¿Qué se entiende entonces por pobreza, por ser pobre? Todos los estudios coinciden en señalar que la pobreza consiste: Causas.

        Pero, ¿por qué se origina, cual es la causa de la pobreza? Como manifestación aparente, la causa de la pobreza es la falta de dinero, de un nivel de ingresos por persona/hogar adecuado para adquirir los bienes y servicios mencionados. Como manifestación subyacente, es aquí donde discrepamos con la mayoría de los estudios realizados, ya que no analizan el proceso por el cual se da la carencia de ingresos.

        Persistiendo en el enfoque estructural, nuestro análisis de la pobreza se alinea con la definición de un miembro del Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud:

    Magnitud y evolución.

        A la hora de enfrentarse con la magnitud de la pobreza, observamos que el método que aplican los estudiosos del tema es el de ir y contar. Pero,

        Existe también una dificultad a la hora de comparar la evolución en el tiempo del número de pobres. Para España, las cifras que se conocen están estimadas aplicando diferentes metodologías, indicadores, definiciones, etc. Por ejemplo, unos trabajos toman como base de la pobreza los ingresos por persona, mientras que otros parten del hogar. Unas veces el umbral a medir es el de pobreza severa, mientras que en otros es el pobreza moderada. Ante esta situación, hemos optado por elaborar el Cuadro 2, resumen de los diversos trabajos que intentaron una evaluación de la magnitud de la línea de pobreza. Dejamos para el lector la responsabilidad de introducir las reservas que considere pertinentes, aunque quizá fuese conveniente mencionar algunas limitaciones: Cuadro 2. Pobreza en España según diversos estudios.
    ======================================================================
                                         Pobres               Renta/Gasto             % Pobres                      Fuentes
                                                                    en Ptas. por                  sobre                         Informes
                                         (miles)               persona/hogar           Pob. Total
    ======================================================================

    1963-64            3.000.000
    1966                 7.000.000                                                                                               FOESSA
    1969-1970        3.000.000                                                                                               FOESSA
    1973                 6.227.031                        33.190 personas            18                            EPF-INE                1975                 6.394.880                        60.000 hogar                  13                            FOESSA                1981                 6.394.880                        10.188 personas            17                            EPF-INE
    1981                 4.000.000                       169.000 personas                                           CARITAS
    1986-1990        8.000.000                                                               20                            CARITAS
    ===============================================================================

    El circulo vicioso de la marginación y de la pobreza.

        Carente de riqueza productiva, uno queda excluido de la propiedad y de las rentas que origina. Si, además, uno se queda carente de empleo asalariado, también queda marginado y eliminado de las rentas del trabajo. Sin rentas, del capital o del trabajo, se es pobre. Y tampoco, como hemos visto, el mero hecho de percibir una renta del trabajo protege de la pobreza. Actualmente, existe un amplio consenso en torno a los factores que ayudan/dificultan al individuo a encontrar/perder el empleo (marginación), así como a que tal sea remunerado por encima/debajo de la línea de pobreza: el nivel educativo y la categoría socioeconómica tienen una relación con el nivel de ingresos, con el mayor tiempo de vida empleado y, por consiguiente, con la pobreza. O, empezando por el final, el hecho de ser pobre va a determinar que se gaste menos en educación, se alcance un bajo nivel socioeconómico, se esté más expuesto al paro y, por consiguiente, se ganen rentas de pobreza. Añadimos, a continuación, unos comentarios breves acerca de la incidencia de estos factores entre sí.

        Comenzando por el nivel de instrucción, y a efectos de comprobar la probabilidad de ser pobre, leemos que:

    "El nivel educativo, tanto elemental como superior, contribuye de forma muy significativa a explicar el gasto medio y la probabilidad de ser pobre... Cuanto mayor es el tamaño familiar tanto menor es la estimación del gasto medio y tanto mayor es la probabilidad de ser pobre... El nivel educativo y el tamaño de la familia son las características que con mayor consistencia permiten determinar si un individuo es pobre o no y hacer una ordenación del gasto esperado medio... Por su parte, la categoría socioeconómica alta se comporta como era de esperar: conlleva un mayor gasto medio y una menor probabilidad de ser pobre...".29
        Cambiando ahora el orden, y comenzando por los ingresos/gasto, manifiestan una mayor grado de desigualdad:
    "Los hogares de 4 miembros frente a los de 1 ó 2 miembros,... Los hogares cuyo sustentador principal es analfabeto o sin estudios, frente a los de estudios superiores... Los hogares encabezados por una persona no activa o jornalero del campo, frente a los de clase media alta..." Y la pobreza que se origina como consecuencia de esta desigualdad, da lugar a que de "los hogares numerosos, donde abundan los menores y los ancianos en relación con los adultos en edad de trabajar, tienen porcentajes de pobres particularmente altos... No hay evidencia de que los hogares por debajo de la línea de la pobreza tiendan a compensar el gran número de dependientes por medio de altas tasas de participación en el mercado laboral... Los hogares encabezados por un parado presentan elevados porcentajes de pobres, sobre todo en el sector agrario... La sociación inversa entre nivel educativo del sustentador principal y la pobreza es incuestionable..."30
        Una última forma de comprobar la relación que existe entre los ingresos, el tipo de gasto, y los niveles de enseñanza y de instrucción por categoría socioeconómica o estudios adquiridos del sustentador principal la podemos analizar en los Cuadros 6, 7, y 8:

        I) Categoría socioeconómica del sustentador.

        En el Cuadro 6, se observa que cuando la categoría socio-económica del principal sustentador se encuentra entre las de tipo empresario, director o técnico, estos obtienen una renta "per capita" dos, tres y hasta cuatro veces superior al de aquellos sustentadores con categorías socioeconómicas tales como obreros cualificados, peones o personas inactivas.

        Como consecuencia, estos ingresos permiten a los primeros gastar en los diferentes niveles de enseñanza,  EGB, Profesional, Universitaria, a favor de todos los miembros de estos hogares otras tantas veces más de lo que dedican los del grupo segundo.

        Y si nos preguntamos por el nivel de instrucción alcanzado por los empresarios, directores y técnicos, se comprueba como ninguno de ellos es analfabeto, por descontado todos tienen es-tudios primarios y medios, y los directores y técnicos cuentan con un fuere porcentaje de estudios superiores. No se puede decir los mismo del nivel de instrucción adquirido por las otras categorías donde se registra precisamente toda la incidencia del analfabetismo, se concentran los estudios primarios, y apenas se dan casos de instrucción media o superior.

        II) Instrucción del sustentador.

        Se observa en el Cuadro 7 que, cuanto más alta es la instrucción del sustentador principal, más gasto dedica a cada nivel de enseñanza. Por el contrario, los sustentadores con una instrucción primaria o nula -analfabetos- apenas dedican recursos relativamente a la enseñanza.

         El analfabetismo nos lleva a fijar la atención sobre el Cuadro 8. Aquí se comprueba la tendencia que se registra en la instrucción de tres generaciones.

         En definitiva, aquí volvemos a encontrar muy poca movilidad socioeconómica por la consideración de factores tales como la escolaridad, la instrucción profesional, etc. Continúa lloviendo sobre mojado...
     

    5. ¿SOLUCIONES?

        En resumen. Toda la problemática planteada en torno a que es la marginación y la pobreza, como se definen y evalúan, cuales son sus causas, etc, nos lleva forzosamente a otra pregunta: ¿existen soluciones?

        Una vez más es evidente que algunas soluciones deben existir, por lo menos, eso es lo que leemos en todos los trabajos. Ahora bien, si la condición de mercancía/marginación tal como exponemos en nuestro trabajo es la causa de la pobreza, y tal dicotomía de la persona está "en la entraña misma del sistema capitalista",31  ¿desde que óptica se han de proponer las soluciones, desde la justicia, o desde la caridad?

        Desde la óptica de la caridad, se entiende que las medidas sociales que se formulan y aprueban para mitigar la pobreza y la "marginación-conducta" tengan un carácter asistencial-integrador. Por su naturaleza, y aunque vengan disfrazadas por consideraciones de carácter compasivo-humanitario, no dejan de estar vinculadads a la función legitimadora de la organización social y de los poderes públicos. Políticas sociales como las del Gobierno del País Vasco, o la que prepara la Generalitat de Catalunya en su mapa de la pobreza, o las de la CE (Fondo de Ayuda Asistencial), etc,32  no tienen otro objetivo que la "reinserción social y laboral de los pobres y familias marginadas, a cambio de un salario social, de una renta mínima de inserción".33 Como no esconde el Sr Comas, conseller del Gobierno catalán, "el programa estará basado en la idea de reintegrar a la sociedad aquellas personas que han quedado al margen del proceso competitivo".34  En un lenguaje que ya se ha hecho común,4 se trata de "reinsertar socialmente" a los individuos-marginación en individuos-mercancía.

        Aquí cabe resaltar como estas propuestas de ayuda social se formulan precisamente cuando el número de pobres de la CE ha pasado de 38 millones de ciudadanos en 1970, a 44 millones en 1985, un 14% de la población total. En España, este porcentaje es más grave, ya que alcanza el 25%. Surgen como una necesidad que imponen los aspectos acumulación-legitimación. Porque, por muy necesarios que puedan ser estos progamas, conviene no perder de vista el carácter último de esta asistencia social a pobres y "marginados". Todas estas ayudas en forma de salario social, renta mínima garantizada, etc., "no constituyen una solución de cambio válida para la defensa de los sueldos reales directos e indirectos. El aspecto esencial del capitalismo es el peso del apremio económico sobre las masas para que vendan su fuerza de trabajo. Para que este peso subsista, el ingreso garantizado debe situarse muy por debajo del salario medio; es decir, del nivel de vida considerado como socialmente normal. Debe situarse por debajo del umbral de pobreza. Implica, por tanto, la institucionalización de la pobreza, la institucionalización de la división de la clase de los asalariados entre trabajadores más o menos protegidos y trabajadores precarios y marginados. Implica la instauración de una sociedad dual. Y cuanto más elevado es el número de beneficiarios de este ingreso, tanta mayor presión ejerce sobre los salarios en el sentido a la baja".35

        Por la importancia que tiene, y dada su complejidad, posponemos para otro momento y lugar, el análisis y valoración de la problemática sobre el tema de la renta mínima de inserción o salario social. De todas maneras, cabe adelantar que tal renta o salario hay que contemplarlo como una forma de actuación del Estado con respecto a las dos funciones mencionadas:

        Pero desde la óptica de la justicia, la erradicación de la condición de mercancía/marginación, y por extensión, de la pobreza, que atenaza a las personas, no tolera otro planteamiento que no sea de carácter estructural. Porque, tanto la condición de individuo-mercancía como el de individuo-marginación han de ser rechazadas de cualquier análisis radical, o de cualquier proyecto de transformación social. Esta propuesta no tiene nada de original, especialmente si recordamos que hace mas de dos siglos Barère se dirigía a la Convención Francesa para declarar que:
    "La mendicidad es incompatible con un gobierno popular. Esta palabra vergonzosa de mendigo no se escribió nunca en el diccionario republicano, y el cuadro de la mendicidad no ha sido hasta ahora más que la historia de la conspiración de los grandes propietarios contra los hombres que no tienen nada. En una república, nada que se refiera a la humanidad puede serle ajeno, todo lo que puede establecer la dependencia del hombre al hombre debe ser proscrito".36
        Esto implica un rechazo del sistema capitalista como base de la organización social y política. Esto compromete a pensar y organizar una sociedad diferente, sin clases. Organizada en función de las necesidades de todos sus miembros, y no donde el objetivo motor sea el beneficio para unos pocos. Una sociedad que tenga por principio el "todo de todos, y el bienestar para todos",37  y no la capitalista donde todo/todos somos mercancía/marginados. No cabe duda que este tipo de planteamientos exige ser "de los que piensan que todo lo grande que se ha hecho en el mundo ha sido porque existían sueños y utopías que un día dejaron de serlo".38  La utopía de las personas que continuarán buscando siempre, y por encima de todo, la justicia.
     
                                                                                                 Barcelona, Tardor 1989.


    Notas:

    1. K. Marx. El Capital.
    2. K. Marx. El Capital.
    3. M. Byé et G.D de Bernis. Relations économiques internationales. Pág. 15. Dalloz, París 1987.
    4. J.L. Recio Adrados. Marginación social: concepto y perspectivas, en Documentación Social, Núm. 28, p.12. J. Navarro Botella. "Marginación e integración social en España", en Documentación, trab. cit., p.28.  Actualmente, ministros, políticos, sindicalistas, organizaciones asistenciales, etc, han adoptado como uso común los términos de integración e inserción social, cuando tratan de formular medidas en relación con la pobreza y la población "marginada".
    5. J.L. Recio Andrados. Marginación... trab. cit. p.14.
    6. J. Navarro Botella.Marginación. trab. cit  p. 30.
    7. J. Navarro Botella.Marginación... trab. cit. p.34.
    8. J. Barril. El mendigo exterior, El País, 3-9-1989.
    9. J. Navarro Botella. Marginación..., trab. cit. p.30.
    10. K. Marx. El Capital.
    11. J. O'Connor. La crisis fiscal del Estado. Ed. Península, 1981.
    12. AA.VV.
    13. J. O'Connor. La crisis trab. cit.
    14. Discrepancias sobre los "beneficios" de la política de empleo, en Mercado, Núm. 394, p.30.
    15. J. O'Connor. La crisis..., trab.cit.
    16. J. González Calvet.Transformaciones del sector público e intervención en la economía. En Miren Etxezarreta (Coord.), La reestructuración del capitalismo en Esapaña, 1970-1990. Fuhem/Icaria 1995.
    17. J. Roca Jusmet. La distribución de la renta entre las clases sociales. En M. Etxezarreta, trab. cit.
    18. V. Morales y C.G. Querol.Flujos brutos, tasa de actividad y tasa de paro. en ICE 3-9 Abril 1989, pp. 1358-1360.
    19. Edis-Cáritas.Pobreza y marginación. En Documentación Social 1984, Núm. 56-57, p.400.
    20. J. Ruiz-Castillo.La medición de la pobreza y de la desigualdad en España 1980-1981, Banco de España 1987, Núm. 42, p. 106.
    21. C.E. Pobreza...,Trab. cit. Esta definición iguala pobreza al concepto de marginación como falta de integración social, concepto que hemos rechazado.
    22. C. Diaz, C. Lles Lazo y M. Martínez. La pobreza en España. Analiza los estudios elaborados sobre pobreza y determina cual ha de ser el marco conceptual, metodológico, así como las técnicas a utilizar en el estudio de la pobreza. Trabajo pendiente de publicación.
    23. Comunidad Europea. Pobreza, Documento Informativo, SOC/156, Comité Económico y Social, 1988, p. 2.
    24. C.E. La comunidad combate la pobreza, Documentos Núm 4/87, 1987, p. 3.
    25. P. Caba. Medicina y pobreza, Anuario El País 1989, p. 154.
    26. A. Bosch, C. Escribano, I. Sánchez. La desigualdad y la pobreza en España 1973-1981, Papeles de Trabajo, Economía, Marzo 1988, Instituto Universitario Ortega y Gasset, p. 53.
    27. C. Díaz et al.La pobreza..., Trab. cit. p. 151.
    28. P.M. Campos. España cuenta con dos millones de pobres reales, El País, 11-10-1989.
    29. A. Bosch et al. La desigualdad..., Trab. cit. p. 53.
    30. A. Bosch et al. La desigualdad..., Trab. cit. pp. 33-34. J. Ruiz-Castillo. La medición..., Traba. cit. pp.153-156.
    31. C. Díaz et al. La pobreza..., Trab. cit.
    32. C. Díaz et al. La pobreza..., Trab. cit, Ver "Fichas síntesis de los estudios de pobreza en España".
    33. M.B. La Generalitat donarà el 1990 un sou als pobres, Diari de Barcelona, 21-9-1989.
    34. Salario social, El País, 16-9-1989.
    35. E. Mandel. Espacio europeo, sociedad dual, El País, 16-9-1989.
    36. C. Barère. Indigents et Mendicants, Declaration a la Convention sur les Moyens d'Extirper la Mendicité, 21 Floreal 1794.
    37. V. Blasco Ibáñez.La catedral. Ed. La gabia 1957, p. 234.
    38. Otelo Saraiva de Carbalho.Entrevista realizada por S. Alameda  en El País Semanal, Núm. 638, Julio 1989, p. 35.


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